El sueldo de los Youtubers ha vuelto a salir a la palestra tras una polémica con un vídeo de Paula Gonu donde decía lo que ingresaba al mes, pero: ¿nos cuestionamos igual y hacemos el mismo énfasis con otros sueldos?
El sueldo de los Youtubers siempre ha sido un tema de debate. Parece ser que sienta muy mal que alguien, grabando vídeos en su casa, pueda llegar a ganar mucho más de lo que gana una familia entera. Envidias aparte, que eso ya es un problema de cada uno, para saber si es justo que se ingrese lo que se ingresa por ser Youtuber solo se debe comparar con lo que genera y haciendo este análisis, quizás se desploma el argumentario del envidioso.
Antes de entrar en materia, también me gustaría hacer unas pequeñas aclaraciones. No soy seguidor de Paula Gonu, de hecho y desde la lejanía, creo que me aporta bastante poco y que tiene la cabeza llena de pájaros. Como muestra el argumentario utilizado tras la polémica, perdonando la vida al resto por no irse a vivir a Andorra. Gracias Paula.
En cuanto al aspecto de irse a vivir a Andorra veo mucha confusión sobre el tema. Hay gente que nace en Andorra y tributa toda su vida ahí, bien. Hay gente que su oficio no lo liga a un lugar público y prefiere irse a vivir ahí, alejado de los suyos, para tributar en Andorra y pagar mucho menos que en España, bien. Hay quien hace lo mismo, pero solo con papeles, empadronándose en Andorra, pero viviendo donde ha vivido siempre en España, mal e ilegal. Hay quien, por su tipo de trabajo, puede fijar su residencia y por lo tanto su lugar de tributación donde quiera sin tener que justificarlo y lo fijan en Andorra para ahorrarse dinero, pero siguen viviendo donde siempre, mal y legal.
Tras exponer todo lo anterior, ahora toca pasar a hablar de los celosos y los envidiosos. En este mundo, cuando alguien gana dinero, lo primero que se hace es sospechar. Bueno siempre y cuando no sea alguien con poder, que entonces lo vemos normal y si hace falta nos ponemos de rodillas por si nos cae algo. De hecho, hace unas semanas atrás, también se ponía en cuestión a los trabajadores de la tierra y si era justo lo que se les pagaba. Muchos defendían esos precios insultantemente bajos, defendiendo que los intermediarios también aportaban valor y eran necesarios. De hecho, hasta el economista Juan Ramón Rallo usaba su demagogia para poner la siguiente comparación:
Y es que estoy completamente seguro de que la problemática alrededor del sueldo de los Youtubers es un problema de envidias y celos, alejado completamente de un tema ético. Ya pasaba en los inicios, cuando todos se ponían las manos en la cabeza por un anuncio en Youtube de 30 segundos, pero se los tragaban en bloques de 6 minutos viendo LQSA. Igual que nadie se cuestiona los sueldos del equipo de LQSA o del gobernador del banco de España, si que se cuestiona el sueldo de los Youtubers o el de los agricultores. A unos los vemos en un altar y tragamos lo que haga falta, en otros nos vemos reflejados y nos jode un montón que les pueda ir mejor. De ahí la falta de empatía y la pérdida de la lucha de clases, ahora competimos contra el vecino.
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Y con esta reflexión me gustaría acabar. Es admirable lo bien que lo han hecho siempre y lo bien que lo siguen haciendo los poderes fácticos, tanto a nivel español como a nivel mundial. Nos han dividido en equipos, nos inculcan a quien odiar y a quien aplaudir. Cualquiera que se sale de estos equipos, es odiado y aplaudido por el resto de equipos, dependiendo si el discurso gusta o no. Ya no nos vamos a cuestionar prácticamente nada, tenemos nuestros referentes y vamos a muerte con lo que ellos opinan. Da igual si se contradice de manera flagrante con lo que opinaba la semana, es lo de menos, el objetivo es apoyar la idea de nuestro equipo y cuando más alto ponga la bandera de mi color mejor. Si en vez de cuestionarnos tanto el sueldo de los Youtubers, justificar lo poco que se le paga a los agricultores y no nos molesta igual los anuncios de LQSA o los sueldos de según que directivos, simplemente por replicar el mensaje de nuestro equipo, nos parásemos a analizar cada caso con datos objetivos y no basados en opiniones o creencias, no nos tomarían tanto el pelo como nos lo toman ahora. Seguid levantando la bandera lo más alto posible, que así nos va a ir de puta madre ;).